La construcción de obras es una tarea que exige de mucha responsabilidad. Un mal cálculo o la contratación de personal inexperto pueden causar accidentes lamentables. Asimismo, es fundamental disponer de la maquinaria apropiada, puesto que la eficiencia del trabajo depende por completo de ella. Por eso, el arriendo de minicargador debe realizarse con amplio conocimiento de las funciones y capacidades de este equipo.
Un minicargador es una máquina utilizada para cargar, transportar y descargar materiales. El aspecto que lo hace destacar es su pequeño tamaño, y es precisamente este el factor que determina su idoneidad en una obra.
En lo que respecta a su desplazamiento, lo realiza a una velocidad que no supera los 10 km/h. A pesar de ello, requiere ser dirigido por un operador experto que sepa coordinar el movimiento de la pala y distribuir el peso que esta llevará.
En el sector de la construcción se utiliza en tres actividades concretas: carga y descarga de materiales, demoliciones de estructuras pequeñas de concreto y perfilación, compactación y nivelación de superficies.
La razón por la que se selecciona, en lugar de otras maquinarias, es porque, gracias a su pequeño tamaño, puede utilizarse en espacios reducidos en los que equipos más grandes no podrían ser operados o representarían un gasto mayor. De ahí que, a la hora de arrendar, sea una de las alternativas que convenga tener en cuenta.
La elección del equipo adecuado no solo se basa en su tamaño. Debido a que la rentabilidad de la obra depende de ello, también es importante conocer los diferentes modelos, sus ventajas y trabajos en los que pueden usarse. En este sentido, es preciso saber que existen dos tipos de minicargadores: con ruedas y todoterreno.
Los minicargadores con ruedas son recomendables para superficies planas y terrenos urbanos. Son rápidos y eficaces cuando se amerita abarcar largas distancias, y requieren una alta inversión en mantenimiento.
Los todoterreno, por su parte, son aptos para trabajar sobre áreas rocosas, con huecos, y son muy estables. Su componente de traslación posee mayor duración y es mucho más lento que el modelo con ruedas. De hecho, tiende a recalentarse si se le exige demasiada velocidad. En cuanto a su mantenimiento, el gasto es superior a causa de las orugas.
Aunque parecen ligeras distinciones, dichos aspectos marcan la diferencia a la hora de poner las máquinas en marcha. Un minicargador puede ofrecerle amplios beneficios, facilitar los procedimientos y reducir la inversión. Pero si no toma sus decisiones respetando los límites que cada máquina posee, eventualmente los resultados serán contraproducentes.
Ahora que sabe lo que hace un minicargador y conoce la distinción entre los diversos modelos existentes, puede arrendar la maquinaria con la certeza de que elegirá el producto más acorde a sus necesidades.